La semana pasada nos acercamos a Gavarnie con intenciones de escalar unos días en el circo. Las ganas eran muchas pero las condiciones que nos encontramos fueron bastante malas, hielo malo y desquebrajado y 7º de temperatura a las 10 de la mañana… no era lo más alentador…
Ya en la aproximación el viento sur se hacía notar y nuestras sensaciones (caía de todo por todo el circo) no eran ni mucho menos de lo mejor. El primer día era de toma de contacto, no madrugadas mucho y la única linea que no estaba ocupada era la Fluido Glaciar. Nos metimos por la derecha a la vez que otra pareja (Asier y Aitor, que más tarde tuvimos el placer de conocer) se metía por la izquierda.
Después de escalar la vía rapelamos la linea de rápeles de la izquierda y nos bajamos hacía la base del circo. Gracias al hielo húmedo se progresaba rápido pero en muchas ocasiones la precariedad de los seguros no nos hacía mucha gracia y nos quedamos con un sabor de boca agridulce. Lo mejor fue conocer a esta pareja de vizcaínos, estuvimos toda la tarde de cháchara y bebiendo alguna que otra cerveza. ¡¡Un placer pareja!!
Al día siguiente incluso sabiendo las malas condiciones que nos íbamos a encontrar volvimos a madrugar para subir al circo de nuevo. Conforme llegamos a la base del primer muro tanto a mi compañero Iker como a mí se nos quitaron las ganas de escalar en esas condiciones… cuando durante dos días seguidos ves a franceses dándose la vuelta y a los vascos y catalanes escalando como si no hubiera un mañana, las temperaturas son muy positivas y las condiciones generales del hielo no son nada buenas te preguntas a ti mismo… ¿merece la pena comprar más boletos?vale que es invierno, la motivación es mucha, te has pegado casi 5h de viaje en coche y estás en ese mágico lugar como es el circo de Gavarnie pero, ¿tu crees que…?
Para más inri, un poco antes de llegar al hotel que está en la entrada al circo había una enorme avalancha de nieve de fusión que había que cruzar y que ya nos estaba dando indicios de como iba el invierno…